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miércoles, 27 de octubre de 2021

Cazadores de siluetas

Entrada escrita el 23 de febrero del 2014, recuperada de un antiguo blog.


Dicen que la luna no ha salido a pasear,

que mis ojos no se cierran esta noche.

Dicen que mi corazón se encuentra repleto de alegría,

que al final a liberado aquello que escondía.


Ha dejado de importarme el concepto que tengan de mí,

he dejado de alterarme por aquello que preocupa.

He dejado ya de lado el disimulo por sentir,

he dejado el alma abierta dejándola fluir.


No puedo creer que ya se haya terminado,

no puedo creer de que forma ha llegado.

No puedo creer esta interna libertad,

que mi mente ya pasee, que camine en soledad.


Yo he decidido no estancarme en el pasado,

he aceptado dejar lo malo a un lado.

Yo ya he decidido correr hasta cansarme,

correr de tal manera que ya nada pueda atarme.


Saltar. Bailar. Vivir. Reír.


Rondar mi mundo interior, llenarlo de amor y color.

¿Que cuál es mi sueño actual?

Viajar, volar y bailar.


Sentir las flores brillar,

poder ir en góndola y poder navegar.

En París conocer cómo amar,

saber perder y aprender a ganar.


En Londres conocer el Big Beng,

mis amigos estén o no estén.

Recorrer el mundo y descubrir un poco más,

gastronomía, valores, culturas y demás.


De qué manera aumentan mis ganas de conocer,

cambiar de aires,

algo distinto que poder tener.


Con qué intensidad se me altera la sangre,

de un tiempo que pasa y me abrasa,

de ocupar espacios y de querer volver a casa.


Como la dulzura recorre mis venas, 

volver a tu hogar como de ellas las colmenas.

Entrecortado noto mi aliento,

de saber que vuelvo y ya no me miento.


Ahora el paisaje reluce con ganas, 

ahora agradezco la luz de las mañanas.

Ya falta poco, mi corazón se acelera,

todo es conocido, mi gente ya me espera.


Uno, dos, tres, los años han pasado,

mi suerte ha cambiado.

Ahora soy diferente,

lo malo se ha ocultado.


Como no, esperaba este momento de un segundo a otro,

qué gran encuentro.

Una pena cuando pensaba en lo que había sucedido,

ya que mi corazón sabia que quedaba en el olvido.


Los dos nos abrazamos después de tanto tiempo,

de nuevo la ternura volvió y entró en mi interior. 

Al sentir que el fuego no se había ido,

que en mi cama dormía, 

que mi corazón no estaba herido.


Los dos hablamos hasta horas infinitas,

contándole mis penas y también mis alegrías.

Se le veía emocionado,

de el amor que yo en él había causado.  


Como cuando amaneció, como al ver atardecer.

Como cuando yo sabía, que acabaría volviéndole a ver.

Qué ilusión me hacía no haber podido olvidar,

su cara, su cuerpo y sus manos, su forma de mirar.


De nuevo acabó todo, de una manera diferente.

De una forma entrañable, dolorosa y lamentable.

Cazadores de siluetas de ciudades ya desiertas,

callejones sin salida que soportan la lluvia caer.


Individuos caminantes que regalan su maleza,

que convierten lo bonito en un simple borrón. 

Que retocan y maquillan un mundo ya perfecto,

que retuercen lo real con un simple color.


Ay qué maravilla el intercambio de palabras.

Ay qué sin sentido muestra ya por mí.

Ay qué dulce esencia que perfuma mi poema.

Y bendita compañía la que yo puedo tener.


Una tortura mía, un golpe helado.

Una llama fría, algo delicado.


He experimentado que todo esfuerzo, merece la pena.

Y, que todo lo aprendido, merece recompensa.


Puedes llorar sangre o una lágrima cristalina,

pero sin empeño eres tú quién me ilumina.


Corre hasta la meta,

no decaigas a la fuerza.

Vuelve a remontar,

vuelve a sentir la magia regresar.

Tatuando la ciudad

 Entrada escrita el 26 de noviembre de 2013, recuperada de un antiguo blog.


Creando vida, lejos de canta sin alas, con él se me escapó un hilo de brisa ni noches ni mañanas.

Parece que truena, mientras el océano empieza a temblar, haciendo ruido y sin dejar de llorar.

Recuerda bien y no te pierdas, ya que mientras de blanco se viste mi pensamiento, viajo libre y  ciega en el umbral de mi tormento.

De rosas se llenaron las imágenes que me trajeron hacia aquí, de un lugar perdido como mis cantos en abril.

Hoy será mi primer día, mi cara el viento y mi sonrisa perdida. Hoy será el día de la batalla de la lucha de mi vida.

A la impotencia que no acaba, corriendo hacia atrás sobre la luz de tu mirada.

Vamos a recuperar la costumbre de considerar los supieron de la gente. Hoy me sobra la energía. Hoy es el punto de partida, de la apuesta de mi mente.

Somnis enamorats

Cada vez que intentaba abrir los ojos, la oscuridad me impedía observarlo.

Cuando la luna salió a surcar los cielos como cada noche, decidí encender los sentimientos y probar a llevarlos por el buen sendero.

Me imaginé dos siluetas tumbadas en la nieve blanca y la velocidad en la cara al bajar por una cascada.

Visualicé dos chispas encerradas dentro de una chimenea abrazadas profundamente hasta altas horas de la madrugada.

Calmé mi preocupación viendo dos reflejos disfrazados en los callejones de penumbra, y dos rayos del sol uniéndose en el mar.

Dibujé en mis sueños dos duendecitos de jardín, juntos, delante de nadie. Pinté dos caracoles marcándose juntos un destino.

Cambié un te quiero por una mirada, una florecilla por una sonrisa y un te amo por una canción.

Encendí todas las luces de una ciudad para que la electricidad de sus rostros se encontraran a mitad del camino.

Conseguí unir dos manos diferentes, acompañadas por el latido rápido de sus corazones.

Desperté y me di cuenta que tampoco es pedir mucho, si no solamente soñar por un momento. Que tampoco es un para siempre si no un aquí y un ahora, y que tampoco es el mundo en contra de ti, si no los dos contra el mundo.

Decidí comprar una caja y guardar ahí mi miedo, abrir una ventana y permitir que el sol junto a la luna cambien mi corazón.

Y, por un momento, espero, guardando los recuerdos antiguos en tarros de miel.